El resumen ejecutivo de A Economía Galega. Informe 2020-2021 ―cuya versión más extensa estudia las variables macroeconómicas y los sectores productivos estratégicos de Galicia― nos permite comprender en qué grado la pandemia ha afectado a nuestros sistemas económicos, tanto a nivel internacional, como nacional y autonómico, y nos invita a comprobar cómo todos los indicadores parecen confirmar el inicio de la esperada recuperación para el segundo semestre de 2021.
Mediante un análisis pormenorizado de la pasada anualidad, y con un avance del año en curso, el equipo investigador de este estudio nos ayuda a entender con mayor claridad lo sucedido a lo largo de unos meses que perdurarán en nuestra memoria colectiva. En este sentido, la presente publicación se suma a Después de la pandemia. Reflexiones y desafíos para Galicia. After the pandemic. Reflections and challenges for Galicia, el volumen bilingüe editado por Afundación a inicios de 2021, y que, publicado en el marco de IESIDE Ediciones, recoge los análisis punteros de reconocidos expertos internacionales en el ámbito socioeconómico.
La crisis económica global desatada por la COVID-19 durante 2020 fue de una magnitud con escasos precedentes. El parón autoinducido que llevó a un doble shock de la actividad económica, (producción empresarial) y de demanda (confinamientos domiciliarios), condujo a una contracción de la actividad del 4,3%. Ahora bien, la vacunación masiva está generando una rápida recuperación en las economías desarrolladas (que con el 16% de la población mundial han adquirido el 50% de la dosis), y existe un consenso en que la economía mundial rebotará fuertemente en 2021 (6%) y en 2022 (4,4%). Pese a que la crisis económica parece superada, existe todavía cierta incertidumbre derivada del impacto de nuevas variantes del virus, y además no puede olvidarse que la crisis de 2020 dejará numerosos daños estructurales en las economías.
Posiblemente, entre estos daños el más importante sea la pesada carga de la deuda pública, utilizada masivamente en forma de medidas fiscales que apoyasen a familias y empresas en los momentos de mayor dificultad. Estas medidas han evitado una caída del PIB mundial que sería tres veces mayor (superior al 9%), pero añade 19 billones de
dólares de nueva deuda pública en el mundo, lo que será una pesada losa para el crecimiento en los próximos años.
Otro importante daño estructural es que la crisis ha disparado la desigualdad y la pobreza. Por países y regiones económicas, la divergencia ha crecido enormemente: mientras que Estados Unidos y Europa abrazan la recuperación, persiste una gran incertidumbre en países como India, Brasil o Sudáfrica. Dentro de los países de renta media, la crisis deja unos niveles de pobreza y desigualdad sin precedentes, que suponen un enorme desafío en términos de bienestar, y que podrían conducir a una acentuación de las tensiones sociales y a una nueva oleada de gobiernos populistas, como se está evidenciando en el caso de América Latina.