Una voz que nació en las entrañas de la tierra
Antaño, la Orquesta Pose de San Martiño de Fontecada, en Santa Comba, se desplazó hasta el Bierzo leonés para amenizar las Fiestas de Ribera de Folgoso, allá por los primeros años de la década de los sesenta. Durante la actuación, invitaron a subir al escenario a un joven minero con fama de gran cantante.
Miguel Torres dejó impresionado al director de la formación gallega, el saxofonista Manuel Pose, al interpretar con maestría a grandes de la copla como Antonio Molina y Manuel Fariña. Aquel joven, que había comenzado a trabajar en las minas siendo apenas un adolescente como ayudante de picador y luego como barrenista y entibador, vio su vida cambiar radicalmente tras aquella actuación.
No pasó mucho tiempo para que se convirtiera en la voz principal de la Orquesta Pose, rodeado de grandes músicos. Al año siguiente, participó en el concurso radiofónico "Desfile de Estrellas" de Radio Coruña, donde compitió con otras voces reconocidas y se alzó con el primer premio, la "Estrella de Oro".
Manuel Muñiz, impresionado por su talento, le ofreció un contrato para unirse a la Orquesta Compostela. Torres dejó atrás su trabajo en las carreteras y la concentración parcelaria para dedicarse profesionalmente a la música.
Durante casi cuatro décadas, fue la voz principal de la Orquesta Compostela, recorriendo los escenarios de Galicia y más allá, cosechando grandes éxitos y vendiendo numerosos discos. También recibió numerosos reconocimientos, como el "Percebe de Ouro" y la Medalla de Plata de los colectivos gallegos en el exterior.
Conocido por interpretar temas emblemáticos como "Mirando hacia la bahía", "El Emigrante" y "Campanero Jerezano", Miguel Torres se convirtió en una institución musical en Galicia. En los últimos años, formó parte del grupo "Lume" junto a antiguos compañeros, ofreciendo actuaciones más cercanas y familiares.