Torre de Fornelos, incluida en el registro de Bic de Galicia
La Xunta de Galicia acaba de inscribir la torre de Fornelos, situada en el lugar de Lameiro en Crecente, en el registro de Bienes de Interés Cultural de Galicia (BIC) como bien inmueble en la categoría de monumento, lo que supone reconocer su régimen de protección patrimonial.
El Diario Oficial de Galicia publica hoy la resolución, con la que el Gobierno autonómico da respuesta a una solicitud del Ayuntamiento de Crecente y reconoce su régimen de protección ya que, pese a que el bien estaba catalogado por el documento de planeamiento municipal y contaba con la consideración de BIC al tener los requisitos legales fijados que protege los castillos y las torres defensivas construidas antes de 1849, no estaba inscrito en los registros BICs, ni estatal ni gallego.
A la hora de valorar la inscripción en el registro gallego, se tuvo en cuenta la documentación aportada por el Ayuntamiento de Crecente y el informe técnico de la Dirección General de Patrimonio Cultural que acreditan la condición de la torre de Fornelos como un elemento propio de la arquitectura defensiva construida antes de 1849 y mantiene, actualmente las suficientes condiciones de integridad y autenticidad para justificarlo.
Además, se comunicará esta resolución a la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deportes a los efectos de su anotación en el Registro General de Bienes de Interés Cultural de la Administración del Estado.
DESDE EL XII
La torre de Fornelos se encuentra junto al embalse de Frieira, a orillas del río Ribadil, en una colina que condicionó su estructura y las diferentes alturas que presenta. Así la fachada oeste, donde se sitúa la puerta de entrada, presenta una altura menor que el resto de los alzados. Se trata de una torre de planta cuadrangular que podría corresponder a una torre de homenaje que formaría parte de un conjunto mucho más amplio.
De la estructura interior del edificio no queda ningún resto, pero existen algunas señales, como los apoyos de las vigas de madera, las ventanas y arqueras al exterior, que permiten identificar su configuración arquitectónica original, compuesta, probablemente, por cuatro pisos y un sótano.
Desde el punto de vista histórico, la primera referencia escrita fecha del año 1158. Su situación, en el límite con Portugal, provocó que fuera escenario de grandes batallas como las que mantuvo Alfonso VII contra su primo Alfonso Enríquez, rey de Portugal. Más tarde, en el siglo XVI, tuvieron protagonismo los Irmandiños y fue reconstruida por Pedro Madruga, quien mantendría allí grandes enfrentamientos contra el Obispo de Tui, Diego de Muros. Más adelante, la torre fue donada por Sancho I de Portugal a Aldonza Vázquez de Fornelos y Fernán Pérez Castro fundadores de la Casa Fornelos.
En la resolución se valora su importancia cultural, tanto por el tipo de arquitectura que representa como por su relación con la fortificación de la frontera ya que su situación permitía ejercer control en el entorno. Además de su valor arquitectónico y arqueológico, se valora su vinculación con figuras emblemáticas de la historia medieval gallega, caso de Pedro Madruga y del obispo de Tui, Diego de Muros.