Vigo procesiona con el Santísimo Sacramento
Con ocasión de la celebración del Corpus Christi, el obispo y administrador apostólico Luis Qiuinteiro presidirá la misa solemne a las 20 horas en la concatedral-basílica en Vigo seguida, de la tradicional procesión por las calles de la ciudad; durante el habitual recorrido, se realizará la bendición de los mares —al llegar a la calle Concepción Arenal—. También a las 11 horas de mañana, Luis Quinteiro presidirá la eucaristía y la procesión en la catedral de Tui.
Con ocasión de la celebración del Corpus Christi, el obispo y administrador apostólico Luis Qiuinteiro presidirá la misa solemne a las 20 horas en la concatedral-basílica en Vigo seguida, de la tradicional procesión por las calles de la ciudad; durante el habitual recorrido, se realizará la bendición de los mares —al llegar a la calle Concepción Arenal—. También a las 11 horas de mañana, Quinteiro presidió la eucaristía y la procesión en la catedral de Tui.
La Vicaría General de la diócesis de Tui-Vigo invita a toda la comunidad eclesial —sacerdotes, miembros de comunidades religiosas, asociaciones eucarísticas, cofradías y fieles en general— a participar tanto en la eucaristía como en la procesión que se llevará a cabo en la ciudad de Vigo. En este sentido, la Vicaría recuerda que el «Corpus Christi es una ocasión para que los católicos renueven su devoción al Santísimo Sacramento y den testimonio público de su fe».
El domingo 2 de junio, la Iglesia celebra la solemnidad de Corpus Christi, es decir según la doctrina católica la fiesta de la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la eucaristía; una presencia que se prolonga fuera de la misa en el sagrario. En este día, la Iglesia también celebra el «Día de la Caridad», por eso, en su mensaje para esta jornada, los obispos de la Conferencia Episcopal Española señalan que «celebrar la Eucaristía es comulgar con Jesús y su proyecto del Reino para vivir cada día de manera más entregada, trabajando por un mundo más humano». Esta misión requiere llegar a las personas, allí donde estén, logrando, ante todo, «reconocerlos realmente», para hacerlos «parte de nuestra vida».