Un pastor que deja huella: La despedida de Don Sergio en Salvaterra

Un momento de la celebración en la Casa do Conde de Salvaterra, Don Sergio con sus parroquianos.

La parroquia de San Lorenzo de Salvaterra se despidió con gran emoción de su párroco, Don Sergio Gómez, reconociendo su dedicación y labor pastoral durante seis años. Entre lágrimas, aplausos y muestras de cariño, los feligreses destacaron su cercanía, entrega y capacidad para transformar la comunidad, antes de su traslado a Gondomar.

La misa dominical en San Lorenzo de Salvaterra estuvo cargada de emociones. La parroquia despidió a su párroco, Don Sergio Gómez, quien ha sido trasladado a Gondomar, cerca de su Tebra natal, en Tomiño.

La misa fue especialmente solemne, con numerosos monaguillos y un coro que realzó la ceremonia. Don Sergio se despidió, expresando su gratitud por los buenos momentos vividos durante sus seis años como párroco y ofreciendo su perdón por cualquier ofensa recibida.

Al finalizar la misa, los aplausos resonaron en el templo, seguidos de discursos y canciones, incluyendo 'Amigo' de Roberto Carlos y 'Cuando un amigo se va, algo se muere en el alma...', interpretada por Pili de Mos con su guitarra acompañada de Loli, Josefa y Jorge . El templo estaba lleno.

Rebeca, hija de Yovana, compartió un resumen de los logros de Don Sergio durante su tiempo en la parroquia.

Recordó cómo el joven sacerdote, de 27 años, asumió la responsabilidad de San Lorenzo de Salvaterra el 26 de junio de 2019, una "fecha providencial", según sus palabras.

Lo que más les llamó la atención de Don Sergio fue su hábito talar, la sotana, y su energía incansable. "Andaba a 3.000 revoluciones", comentó.

Los feligreses también valoraron su capacidad para organizar su tiempo y atender seis parroquias simultáneamente, logrando celebrar la Santa Misa todos los domingos en Fátima, Pesqueiras, Tortoreos, Fiolledo, Oleiros, Corzáns y Salvaterra, en colaboración con el sacerdote Don Ángel Carnicero. Don Sergio llevaba diez años en la zona, habiendo sido párroco en algunas de estas parroquias antes de llegar a Salvaterra.

En Salvaterra, se destacó que, además de la misa diaria, introdujo prácticas de piedad como la Exposición del Santísimo Sacramento los jueves, sábados y primeros viernes de mes, el rezo de la Divina Misericordia y la Adoración Infantil.

No faltaron elogios a su labor en la mejora estética del templo, describiéndolo como "más rococó y bonito", según los parroquianos a través de la lectura de Rebeca.

Así lo ven: "Don Sergio es un cura de pueblo con una gran vocación". Su labor pastoral comienza en la iglesia, pero continúa en cualquier otro lugar de Salvaterra. Asiste a todo el que le pide ayuda o que esté necesitado, "sin importar su condición social o ideología. Él siempre está dispuesto a ayudar. Es como el buen pastor que no duda en dejar las 99 ovejas del rebaño para rescatar a la perdida". Y añaden: "Es un defensor de la familia, de los más vulnerables y los marginados". Es más, "le da igual que lo juzguen por ayudar a quien más lo necesite, sea cual sea la ocasión".

Rebeca continuó diciendo: "Es el mejor amigo que puedes tener para reír o llorar y en el que puedes confiar, porque siempre te entiende, consuela y respeta. Le puedes contar cualquier problema, ya que siempre está dispuesto a escuchar y apoyarte. Porque es como un psicólogo, un consejero matrimonial y familiar".

Y añadió: "Es como un hijo o un hermano. Pero la forma en que desarrolla su labor pastoral es la de un padre que te da sabios consejos y que siempre quiere lo mejor para ti".

Después, destacó más aspectos de su labor pastoral: "Como confesor, es un sacerdote con los pies en la tierra, pero con el alma muy cerca de Dios. Y eso es un gran privilegio, porque sientes más directamente la presencia de Cristo. Te ayuda a ser mejor católico, a pesar de tus defectos".

Y Rebeca terminó la lectura: "Don Sergio, muchas gracias por todos estos años, por todo su tiempo, por su absoluta dedicación, entrega y cariño. Ciertamente, ha sido un regalo del cielo tenerlo en nuestra parroquia".

Tras la misa, la celebración continuó en la Casa do Conde o Casa do Viño, donde las mujeres de la parroquia, dirigidas por Manoli, habían preparado unos pinchos. Alguna parroquiana se secaba una lágrima, mientras se preguntaba por qué lo cambiaban...

Llegó Don Sergio y le pusieron a abrir regalos. Siguió la fiesta y el sacerdote no paró de hacerse fotos con sus parroquianos.

El próximo domingo, a las 11:30, vendrá el Obispo de Tui-Vigo, Don Antonio Valín, con el nuevo párroco, Don Santiago Manuel Fernández Alarcón, y Don Sergio ya estará en sus nuevas parroquias, sorprendiendo a sus nuevos parroquianos.