sábado. 20.04.2024

No todo empresario tiene sucesión empresarial. Para Fernando, fundador de la bodega, después de atesorar los conocimientos ancestrales de su padre y su abuelo en cuanto a hacer vino, ahora tiene asegurada la continuidad en sus hijos en sus nietos. Ahora mismo, su hija Dina es la cara de esta bodega de Trás-os-Montes, una de las pioneras de la subzona de Valpaços. Ella y su marido dejaron sus trabajos respectivos para hacerse cargo de la bodega que en 2016 celebró, por todo lo alto, sus primeros 10 años.

“Somos una empresa familiar. Mi yerno está al frente de este proyecto junto con mi hija. Lo van a llevar más lejos...pero yo fui el creador de esta marca”, dice con modestia el fundador de Encostas de Sonim.

“Los premios son importantes porque nos dan fuerzas para trabajar…a veces, influye la suerte. Su valor el es relativo pero sobre todo reconocen el trabajo de un equipo por un proyecto, en este caso, vinícola para el mercado con gran cariño”, afirma Fernando Pessoa.

Fernando Pessoa se emociona recordando a su progenitor y sus viajes llevando vino en un carro a Montalegre, Chaves y a España. “Esto me marcó mucho e hizo que me apasionara por el vino”, confiesa.

“Mi padre, cuando era pequeño, ya hacia vino en ese lagar –mientras señala a un lugar de la zona expositiva de la bodega- con mucho cariño y con su buen saber hacer”. Y recuerda como su madre le insistía a su padre que cuidase el vino para que no se estropease. “Elaboraba un vino tradicional por aquellos años 60 y 70”, explica.

Ahora Encostas do Sonim llega a Canadá, Brasil y Europa (Suiza, Alemania, Luxemburgo, Bélgica y España).

Pessoa está orgulloso también de su enólogo, Francisco Montenegro. Por eso, subraya que el nombre del enólogo figura en las botellas.

Tomé Pessoa es uno de los hijos de Fernando, enfermero de profesión y trabajando en Suiza, sigue impulsando también la empresa familiar.

El sueño de Fernando Pessoa está, en parte, cumplido. “Si no hay sueños, no hay nada”, dice a DL-G. Por eso el sigue soñando. Sueña que la empresa nunca desparezca, que cree más riqueza…aunque reconoce que el dinero no es lo importante…

“Esto no se va a acabar…porque mis hijos y mis nietos…van a dar continuidad al proyecto, que es ambicioso…”, dice emocionado.

Pessoa desvela que tiene un libro en el que cuenta “estas cosas bonitas del vino”, dice.

A Encostas de Sonim tampoco le faltan premios. Pero si alguno lo impulsó más, fue el primero, en 2006, la Medalla de Oro Regional en Mirandela. En el jurado estaban enólogos e ingenieros del vino, recuerda Pessoa, y felizmente se lo otorgaron.

Otro premio que destaca el fundador de Encostas de Sonim es el Wine Trophy, en 2013.

 “Los premios son importantes porque nos dan fuerzas para trabajar…a veces, influye la suerte. Su valor es relativo pero sobre todo reconocen el trabajo de un equipo por un proyecto, en este caso, vinícola para el mercado con gran cariño”.

Pessoa habla con cariño de sus blancos y sus tintos. Un blanco, rosado y un tinto de la gama Sonnini, ligeros, aromáticos y frescos para que armonicen con aperitivos, marisco y algunos pescados.

Además, los reservas blanco y tinto. El blanco Encostas de Sonim destaca por su excelentes notas frutales, muy equilibrado y muy fresco en boca. Del tinto Encostas de Sonim se subraya su equilibrio.

A falta de la hija y el yerno de Pessoa, durante la visita, sirva este foto familiar para imagen de una empresa que tiene relevo generacional.

Los grandes reservas tintos –“el alma de esta casa”, dicen en la empresa- se vinifican en prensas de granito y están envejecidos en barricas de roble francés. Uno de ellos está elaborado con el fruto de viejas vides, de una finca de 3 hectáreas de viñedo. Se hace una selección cuidadosa de uvas, con trituración ligera para ir a una prensa de vino tradicional abierta donde fermenta durante varios días. Su crianza es de 18 meses en barrica de roble francés.

El otro tinto de gran reserva es de Touriga Nacional. Se trata de un área de viñedo de 5 hectáreas de finca. Tras una selección cuidadosa de uvas, también con trituración ligera, pasa a una prensa de vino tradicional abierta donde fermenta durante varios días. Se envejece en barricas de roble francés durante 18 meses.

DÓNDE

El vino Encostas de Sonim se produce en las laderas del río Rabaçal, en la región llamada Trás-os-Montes, subregión de Valpaços. Al estar en Aldeia de Sonim, este vino se elabora en una de las mejores zonas del país luso. Cabe señalar que este pueblo ha sido conocido por su historia durante muchos años como la tierra del buen vino que dicen los visitantes y la población de la zona.

Sonim pertenece al municipio de Valpaços teniendo como límite el río Rabaçal, que limita con los municipios de Valpaços y Mirandela, y los respectivos distritos de Vila Real y Bragança. La naturaleza del suelo y el clima, así como el río en sí, le dan al vino producido aquí características únicas y particulares que se distinguen de otras áreas del país.

Los suevos y visigodos son el origen del nombre de una gama de sus vinos, Sonnini, en honor al dueño de esta villa en la antigüedad.

El objetivo establecido por la empresa es la calidad. En los últimos años, se ha realizado una gran inversión, no solo en la plantación y replantación de viñas, sino también en la creación de infraestructuras físicas que permitan la elaboración de los mejores vinos con las mejores condiciones. Parte de estas instalaciones son un nuevo almacén/bodega y la antigua bodega tradicional/rústica, todos constituidos con materiales típicos de la región de Trás-os-Montes, donde la madera y la piedra de granito son materiales predominantes.

El aumento en el área de las vides ha sido otra apuesta de la empresa. Esta área se compone de una selección realizada de las mejores variedades de uva. De las cuales destacan Touriga Nacional, Touriga Francesa, Sousão, Tinto Cão, Trincadeira, Cabernet Savignon y Syrah en uvas rojas. Y Viosinho, Côdega Larinho, Verdelho y Arinto en uvas blancas.

Fernando Pessoa, fundador de Encostas de Sonim: “Mi yerno y mi hija van a llevar más...