martes. 16.04.2024

    Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), cuya sede se encuentra ubicada en Londres y que cuenta con numerosos observadores sobre el terreno, en la madrugada del jueves, 6 de febrero, la aviación israelí llevo a cabo una operación de castigo contra bases sirias de Damasco y Deraa, con el fin de dañar las baterías antiaéreas sirias.

 En el ataque sobre

Al-Kisweh al oeste de Damasco, murieron al menos 23 personas, entre milicianos

pro-iraníes y soldados del ejército regular de Basar al Assad, del que

fallecieron siete soldados y un oficial.

    Al mismo tiempo, el Primer Ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, intenta dar luz verde a nuevos asentamientos judíos  en Cisjordania, con el visto bueno de Donald Trump y bajo la advertencia de la Unión Europea, de que si lo lleva a cabo tendrá consecuencias.

    Su rival político, Beny Gantz, se desmarcó de esta política de asentamientos que obedecen más a buscar un rendimiento político cara a las próximas elecciones (serán las terceras) tras las otras dos fallidas, donde Benjamín Netanyahu trata de ganar tiempo, sabiendo que de ser ‘desembarcado’ del poder, deberá enfrentarse a un tribunal penal por varios delitos de corrupción. De hecho él pidió inmunidad parlamentaria, que todavía se está debatiendo en el Knset.

    Beny Gantz y Benjamin Netayahu tuvieron un empate técnico en las últimas elecciones, y ni uno ni otro alcanzaron los apoyos necesarios para formar gobierno, por lo que este está en funciones hasta las nuevas elecciones.

    Estas acciones de castigo van tristemente enmarcadas en inclinar la balanza en favor del actual gabinete.

por José Moure.

Bombardeo israelí en Siria